Las Creencias
- Laura Berbis
- 9 jun 2021
- 2 Min. de lectura

La “creencia” es una convicción, algo que consideramos cierto y verdadero, que decidimos creer y afirmar sin que tengamos el conocimiento o las evidencias de que sea o pueda ser cierto.
Los seres humanos, llevamos en nuestra naturaleza el creer en algo, y eso nos hace tener creencias de todo tipo relacionadas con cada área de nuestra vida. Creencias sobre el dinero, la educación, la familia, religiosas, culturales, etc…, muchas de ellas van asociadas a los valores que hemos recogido de nuestra familia y otras las vamos tejiendo a medida que vamos creciendo y son fruto de nuestras experiencias, de nuestro entorno. Se expresan mayormente, como afirmaciones sobre el mundo que nos envuelve, sea real o imaginario.
La mayor parte de las creencias que tenemos, nos vienen dadas por nuestros ancestros (vía transgeneracional), y otras las hemos ido absorbiendo durante nuestra vida, especialmente en nuestra infancia.
No toda creencia es necesariamente falsa, pero en el momento en que procedemos a comprobarlas, deja de ser creencia y pasa a ser conocimiento.
Nuestro inconsciente alberga muchas creencias, de las que no somos conscientes y que, sin embargo, al ser condicionamientos internos, predisposiciones mentales y formas de entender la realidad, forman parte de nuestra visión personal del mundo.
Nuestras creencias nos condicionan a diario de una forma u otra y condicionan nuestros resultados, además de nuestro pasado y nuestro futuro. En muchos casos, las creencias compartidas permiten una interacción social más amable, y nos otorgan sentido de pertenencia.
Cuando las creencias que tenemos nos ayudan a conseguir buenos resultados las llamamos posibilitadoras, en el sentido contrario limitantes. Las creencias limitantes se basan en la percepción que tenemos de nosotros mismos, que nos impiden avanzar hacía nuestras metas y destino.
Las creencias tienden a hacerse realidad, gracias a la” profecía auto-cumplida”, o efecto Pigmalión.
Las profecías auto-cumplidas son todos aquellos pensamientos predictivos que las personas tenemos y emitimos, haciendo que se conviertan en realidad, generando unas expectativas que terminamos cumpliendo.
El efecto Pigmalión hace referencia a las creencias que tenemos sobre el comportamiento o rendimiento de otros. Así, la idea que nos hacemos termina condicionando cómo actúa la otra persona y, por tanto, cumpliendo nuestras expectativas.
Las creencias son más fuertes dependiendo de cuánto de ancladas estén nuestra personalidad. No es lo mismo una creencia sobre algo, que sobre nosotros mismos; “soy un desastre”. Cuanto más pongamos el verbo “Ser”, para definir nuestras creencias, más ancladas estarán a nuestra personalidad.
La creencia “soy un desastre” será un racimo que contendrá muchas otras creencias: “no consigo organizarme”, «nunca llego a tiempo», «siempre me equivoco», etc…. Al final, una fuerte creencia anclada a la personalidad provoca otras tantas pequeñas creencias que condicionan tu vida.
Las creencias pueden ser positivas, ya que te enfrentan a la adversidad, y te ayudan a superarla o negativas que te limitan y te van hundiendo poco a poco. Podemos cambiar nuestras creencias en cualquier momento, tenemos herramientas como la PNL, que nos ayuda a mirar frente a frente a esas creencias y desanclarlas de nuestra vida. Este proceso es positivo cuando esas creencias ya no tienen ningún valor en nuestra vida, y se han quedado obsoletas y nos permite cultivar otro tipo de creencias posibilitadoras.
Laura Berbis
Coach@Pnl
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