El Miedo
- Laura Berbis
- 3 jun 2021
- 2 Min. de lectura

El miedo es una de las emociones más básicas del ser humano, su función fundamental es protegernos, ya que si no tuviéramos miedo viviríamos más temerariamente, poniendo en riesgo nuestra vida constantemente. Gracias a él, sobrevivimos, reaccionamos más rápido, y nos damos cuenta cuando hay una amenaza importante para nuestra vida. El miedo reacciona en nuestra vida según nuestras creencias, pensamientos y patrones mentales.
Muchas veces nos crea un sentimiento de desconfianza que nos impulsa a creer que algo negativo está por venir, que nos va a suceder, y eso nos crea una angustia profunda. Cuando tememos excesivamente algo, nos puede llegar a bloquear mental y físicamente. En el plano mental nos puede llegar a crear fobias, ataques de pánico, inmovilidad, sumisión, agresividad, huida.
En el plano físico, nos aumenta la presión cardíaca descenso de la temperatura corporal, sudoración, dilatación de pupilas, agarrotamiento muscular, contracción de las cejas, separación de los labios, elevación de la parte inferior de las cejas, contracción y descenso de las cejas, alargamiento de la comisura de los labios.
Cualquier cosa puede dar miedo a una determinada persona y puede ser un miedo real, ante un peligro real y que tiene un valor adaptativo o irreal si tiene origen imaginario, distorsionado y catastrofista como puede ser el miedo a volar o a hablar en público. Estos no son miedos adaptativos ya que no hay peligro real y pueden llegar a transformarse en fobias.
Así, según su nivel, los miedos pueden ser normales o patológicos. Los primeros son aquellos que aparecen ante estímulos dañinos, tienen corta duración y no interfieren con la vida cotidiana. Los patológicos son los miedos que se activan, aunque no haya peligro y que pueden prolongarse indefinidamente en el tiempo, en forma de fobias, trastornos obsesivos compulsivos, trastornos de ansiedad y ataques de pánico.
Las fobias se caracterizan por evitar el estímulo o el desencadenante, la sensación de miedo es desproporcionada en comparación con el peligro real de la misma. No podemos controlarlo. Producen un cierto grado de desasosiego y malestar y no existe una justificación real a ese sentimiento.
Algunas fobias más comunes:
Zoofobia: miedo irracional a algún animal como las serpientes o las arañas
Acrofobia: a las alturas
Astrafobia: a las tormentas; Pluviofobia: a la lluvia; Amaxofobia: a conducir; Aaerofobia: a volar; Agorafobia: a los espacios abiertos; Claustrofobia: a los espacios cerrados; Eritrofobia: miedo a ruborizarse
En definitiva, el miedo nos paraliza, nos bloquea emocionalmente y nos dificulta disfrutar en muchas ocasiones de los pequeños o grandes placeres de la vida, sobre todo cuando sentimos miedo a ser avergonzados, ridiculizados o humillados ya que nos puede provocar alejamiento, aislamiento e incluso muerte.
Toda emoción nos trae un “regalo”, pero para reconocerlo, tenemos que experimentarla, abrirnos a sentirla. Así, el miedo si lo miramos “frente a frente”, conseguiremos debilitarlo. Sólo comprendiendo nuestros miedos y estableciendo un diálogo con ellos, lograremos vencerlos, la huida no es una solución.
Laura Berbis
Coach@Pnl
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